martes, 2 de diciembre de 2008

Dulce espera


Aquí me hallo en un oscuro pasaje entre hiedra y marfil, rasguñada por el tiempo que no pasé contigo. Eterno vaivén de horas que roza mi alas rasgadas por la fuerza del viento.
Amargura que me provoca desidia y un extraño placer. Insegura, cansada, echándote en falta... Miro al suelo y cierro los ojos.
Tan sólo quiero dormir para que al despertar pueda ver de nuevo tu figura nítida y clara.
Bendito tiempo que me da la esperanza de volverte a encontrar, dulce espera para volverte a ver...

lunes, 1 de diciembre de 2008

Tres Deseos

Sueño con perderme en la inmensidad de tu mirada. Juguetear con tu pelo enmarañado entre mis dedos, mientras siento el latido de tu corazón. Oscilar en una corriente de sentimientos, sintiéndote mío, parar el tiempo… En ese justo instante en el que beso la comisura de tus labios y, sin decir nada, observo la magnitud de tus ojos expectantes, mostrándome el mundo. Ese mundo en el que compartimos un mismo cielo, un mismo horizonte… Un mismo destino.



Sueño con disfrutar como una niña entre tus brazos, en los que me siento protegida y en los que pasaría las horas muertas. Desplegar mis alas y llevarte al fin del mundo si tan sólo me lo pidieras. Dejarme llevar por el vaivén de tu aliento, sintiéndome tan tuya… Observarte mientras duermes, velando por tus sueños y acariciar tu cara, saber que estás en un país construido solo para nosotros, en el que tú y yo nos perdemos cada noche…



Sueño con sentir el roce de tu piel, el que tanto anhelo y tanto se hace desear, disiparme en las puntas de tus dedos. Creerme tan especial como verdaderamente me consideras. Elevar mi alma hasta lo más alto y fundirme con la tuya. Entrelazar nuestras manos y saltar juntos al vacío… Ser tan sólo uno… Compartir mi vida contigo… Tenderte mi brazo por si te caes y no soltarte nunca más…


Tres deseos… ¿Cuáles son los tuyos?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Plegaria

Una última plegaria por todo aquello que fui... Antes de partir y seguir mi viaje, un alto en el camino para recordar... O más bien olvidar... Fuerte, intenso, valiente... Es hora de rezar una última oración y no mirar atrás.

Unas últimas palabras de aliento, agradecidas por haberme hecho tal y como soy ahora, pero... Esta será la última vez. Hoy es vuestro funeral. Y no hay congojo, ni pesadumbre, ni tristeza, ni abatimiento... Solo esperanza.

Ni siquiera deseo que mis ancestros me acompañen. Esta es otra súplica para que descanséis en paz, como ese réquiem que un día alcé. Almas perdidas, encontrad vuestro camino... Como yo he encontrado el mío.

Bebe de mí...


Bebe de mí, y sentirás el fuego de mi sangre corriendo por tus venas... Ardientes arterias embaucadas por el dulce sabor de la pasión...

Bebe de mí... Opta por la opción de perderte en mi universo de posibilidades... Todas las que te ofrezco...

Bebe de mí, déjate llevar por las sensaciones... Deja el raciocinio a un lado para disfrutar de una mágica tendencia al bienestar infinito...

Bebe de mí y conviértete en una corriente de aguas cristalinas donde nada importa...

Bebe de mí... Sé inmortal... Como yo lo hago... Prueba la vida eterna de mi elixir...

martes, 14 de octubre de 2008

Sacrificio

El sol ya se ha puesto, bajo la sombra de la luna puñaladas de dolor atraviesan cada fibra de su ser. La sangre se derrama sobre la arena. Gota a gota su alma se apaga… Las luces brillan incandescentes, con más pasión de la que jamás pudiste ver.

De rodillas en el suelo implora tu perdón, mirando esos ojos llenos de rencor. Con las pupilas dilatadas, preguntándose una y otra vez, cuál fue su error… Y el cielo llora una vez más…

Sacrificio, por una existencia en soledad apartada de toda maldad, donde tan solo el tiempo parecía importar. Malestar, por una vida que se va… De rojo se tiñe el paraíso, del que tanto oíste hablar.

Tratando imaginar que el sufrimiento no es real, el silencio es su única verdad. Cada poro de su piel se muere porque llegue el final, un adiós no merecido, perdido en la inmensidad. Con lágrimas resbalando por su cara, desea tu piedad…

Sacrificio…. ¿Es posible sentir el acero atravesando tus entrañas? De rojo se tiñe la noche… Y el cielo llora una vez más…

viernes, 5 de septiembre de 2008

Reflexiones sobre la vida cotidiana

Lo que hace un largo paseo despues de comer y con buena compañía es sacar sabrosas conclusiones sobre la vida. Y ahí es, cuando hablando de tintes, esas cosas maravillosas que te cambian el color del cabello, surge la eterna cuestión filosófica :¿Por qué a los hombres les queda tan sumamente mal tintarse el pelo?

Pues bien, es cuando alcanzas varias conclusiones, cada cual más desternillante:

Los tintes fueron creados para la mujer. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que, si un hombre se tiñe de rubio, no le queda más sino de ser la mofa de la pandilla... ¿No se dan cuenta que, con esos pelos (en caso de que fuera rubio) parecen un limón con cara de exprimido? ¿Y si se tiñen de caoba o pelirrojo, parecen una naranja sin zumo? Deduzco de esto que simplemente es una campaña publicitaria de Kas... Kas naranja, Kas limón... ¿Y tú de quien eres?

También tenemos el típico caso del metrosexual que colorea su pelo con mechas o más terminologicamente conocidas como transparecias... Sí transparencias para ver la claridad de las ideas.. O mechas rubias en un pelo negro... Para parecer una avispa. Todo sea dicho, que cuando te clavan el aguijón es más para darte placer que miedo... ¿Dolor? Ja, me mondo yo...

Si una chica se tiñe, siempre va a estar más favorecida, en el 99,9% de los casos. Pero también está la excepción que confirma la regla. No te preocupes, metrosexual de hoy en día, aún tienes la solución para quitar ese mal sabor de boca que dejan los estragos de la edad... Sí... Existe un tinte que sí te queda bien y curioso el nombre que tiene... JUST FOR MEN.

Si el tinte es para la mujer... He descubierto que hay algo, no extrañéis de esta disparatada visión de la vida, las motos son para el hombre...

¿Cuando ves esa pedazo de bestia de dos ruedas, por qué se giran todas las nenas? Esta respuesta es sencilla... Esperan ver al mega super tío de ensueño cabalgando ese vehículo. Sí, es cierto... Pero si la moto la conduce una chica, el efecto no es el mismo... Se podría decir que es todo lo contrario al efecto Axe... Qué repulsión, que ardor de estómago... Qué vulgaridad. Dios santo, las mujeres no están hechas para conducir semejantes bellezas.

Pero la reflexión cambia, cuando es el macho el que conduce la motocicleta y, de paquete, va una tremenda hembra con su casco integral apoyada sobre el depósito y dejando ver el hilillo del tanga con el culo medianamente en pompa sobre la parte trasera de la moto... Qué envida produce, que efecto más pecaminoso produce en toda la humanidad... Sí, pero también existe la excepción, aunque aún está por definir.

Hoy he llegado a una conclusión que define otro menester de la vida cotidiana:

Las mujeres son para con las motos lo mismo que los hombres para con los tintes: Basura.

Otra de las reflexiones patrocinadas por mi compi Irene. Siempre que estoy con ella, surgen estas cuestiones existenciales con las que pasamos un buen rato. Gracias buena moza.

domingo, 31 de agosto de 2008

Tormenta de Ideas

Y en este duermevela en el que me encuentro es donde miles de ideas brotan de mi cabeza queriendo salir a borbotones. Y sin que ninguna sea más merecedera de ver la luz. ¿Por qué me siento tan pequeña? Esta distancia que hay entre mi yo y mi mente debería ser derrotada tal cual gigante que, atado de pies y manos, se desmorona abatido por su torpeza. Esa lejanía que separa mi tierra y mi cielo, cuesta creer que es perecedera.

Me cuesta creer que algún día esas montañas infranqueables puedan llegar a convertirse en extensas llanuras de un color verde vivo... Tan vivo como llevo anhelando estar yo tanto tiempo... Viva... Y sentir que no existe nada más que una cohesión entre todos mis yo más ocultos e inimaginables.

Necesito una tregua, algo que me haga ver que no todos los molinos son gigantes, que se puede cruzar el destino y manejarlo a tu antojo. Palpar la vida con la punta de los dedos y saborearla de tal manera que nunca más vuelva a tener mal sabor de boca.

Quiero entrar en una espiral de deseo y de sentimientos bellos que me eleven como si de un torbellino de aire se tratara... Pero, ¿cuándo? ¿Cuándo dejaré de sentirme como me siento para alcanzar la paz que tanto deseo?

Me consuela pensar que toda búsqueda obtiene su merecida recompensa a lo largo del tiempo... El mismo tiempo que le da fugacidad a las pequeñas cosas...

martes, 26 de agosto de 2008

El jucio.


El día del Juicio ha llegado. Estoy de vuelta en Madrid. A tan solo de una semana de decidir mi futuro con los condenados exámenes que a tantos nos atormentan en estas fechas, mi llegada a la nueva casa no ha quedado indiferente.

Este año viviré en un sótano bastante mono y a la vez bohemio, con una bonita cortina naranja que por las mañanas atenúa la luz, unas estanterías verde pistacho en las que descansan mis hadas y duendes y, como no, mis diccionarios y mis libros. Paredes amarillas pastel, no muy dañino para mis ojos, puesto que nunca fui muy fan de este color.

Ya he conocido a uno de los chicos con los que comparto piso este año. Bastante majete la verdad. También me he familiarizado con la fauna y flora de la casa. Se llaman Manolita y Tito, dos simpáticas arañas que tienen el monopolio del baño y que se han estado dando un copioso festín este verano, puesto que la bañera y el suelo de los alrededores estaban llenos de cabecitas de hormigas que fueron víctimas de estos dos agradables depredadores. Vamos, que me he peleado con el cepillo quitando telarañas y bichos, haciendo de tripas corazón.

La mayor sorpresa me la he llevado cuando he abierto el grifo del baño dispuesta a asearme. ¡QUÉ JODIDAMENTE FRÍA ESTÁ EL AGUA! Sí, es que no hay agua caliente de momento. Tenemos una de esas calderas que se llenan con gasoil. Pues bien, mi compañero, que lleva una semana duchándose con agua fría y harto de curar su reuma ya, me ha planteado la brillante idea de ir a por una garrafa de combustible para por lo menos salir del paso y tener un poco de agua templada.

Hasta la gasolinera bien, 20 leuros de ese apestoso gas, y una preciosa idea... Ducharnos con agua caliente. La odisea llega cuando intentamos llenar la caldera. Que vaya depósito más grande dios santo, ni una estación de servicio tiene semejante bicho. Depositamos la gasolina en el monstruito y... Nada. No ocurre nada... "¿Tendremos que tocar algo de la caldera?" Y los dos, ahora convertidos en técnicos nos aventuramos tal cuales entendidos de la vida a luchar contra tal terrible abominación... "Toca esa manivela" Digo yo, sabia de mí... Monstruo 1 - Humanidad 0. Empieza a salir agua del techo... Menos mal que fuimos raudos en volver a cerrarla... Ahora estamos esperando a ver si la abominación sale a cenar y nos da una tregua para darnos una ducha decentemente y templada... Bonito día...

Suerte a todos los que estrenaís piso y a los que os jugáis vuestro pellejo en los exámenes...

miércoles, 13 de agosto de 2008

La muerte de Dios

El loco. No habéis oído hablar de aquel loco que a plena luz de la mañana encendía una linterna y sin cesar gritaba: ¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios! - Puesto que por allí formaban corro precisamente muchos de los que no creían en Dios, provocaba grandes risas. Uno decía: ¿es que se ha perdido? Otro decía: ¿se ha extraviado como un niño? ¿O permanece escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Ha embarcado? ¿O emigrado?- así gritaban y reían sin orden ni concierto. El loco, de un salto se puso en medio de ellos y les atravesó con su mirada. ¿Adónde se ha ido Dios? - gritó-. ¡Yo os lo diré! Nosotros le hemos matado.- ¡Vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos! Pero ¿cómo lo hemos hecho? ¿Cómo pudimos bebernos todo el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar por completo el horizonte? ¿Qué hicimos cuando a esta tierra la desencadenamos de su sol? ¿Hacia dónde se mueve ahora? ¿Hacia dónde nos movemos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos precipitamos constantemente? ¿Hacia atrás, hacia los lados, hacia delante, en todas las direcciones? ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿No vamos errando como a través de una nada infinita? ¿No recibimos el soplo del espacio vacío? ¿No hace más frío? ¿No viene de continuo la noche y cada vez más noche? ¿No tienen que estar encendidas las linternas por la mañana? ¿Aún no escuchamos nada del ruido de los enterradores que entierran a Dios? ¿Aún no olemos nada de la divina putrefacción? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Dios continúa muerto! ¡Y nosotros le hemos matado!

La gaya ciencia, libro tercero, 125.

De estos pasajes no se puede deducir un ateísmo sin más: el ateo afirma que Dios no existe. Nietzsche afirma que Dios ha muerto, que lo hemos matado nosotros. Dios ha muerto cultural o espiritualmente cuando los hombres han dejado de creer en Dios, aun cuando algunos sigan actuando como si creyeran.

Al dejar de creer en Dios, los hombres han asestado un golpe de muerte a todo un sistema de valores: “con la muerte de Dios se desmorona todo lo edificado sobre ella”. La muerte de Dios es la máxima expresión del nihilismo, un nihilismo, por lo demás, sin el cual no podría tener lugar “la transformación de los valores”.

La muerte de Dios es, por un lado, una interpretación histórica de la situación moderna del hombre y, por otro, una crítica radical de la religión, la moral y la filosofía metafísica.

Llamadlo X, pero si la esencia de la filosofía nietzscheniana hubiera sido aceptada y razonada tal y como es, y no modificada a su antojo y buen parecer por ciertos líderes que me repugna nombrar, hoy en día pudiera haber sido una forma de vida. En fin... Habrá que ser conformista con lo que ya existe...


miércoles, 30 de julio de 2008

Inmortalidad entre las sombras: El vampiro



«Cuando ella hubo chupado de mis huesos la médula y yo,


lánguidamente, me hube vuelto hacia ella a besarle los labios con amor,


hallé sólo ¡un pringoso pellejo, chorreante de pus!»


Charles Baudelaire, La metamorfosis del vampiro.





Desde tiempos inmemorables, la inmortalidad ha sido un suculento plato para la humanidad. Dioses, demonios, seres insólitos… Todos ellos siempre han sido eternos e inmortales. La necesidad del hombre de creer que todo acontece por alguna razón hace que se funden los dogmas sobrenaturales. Éstos son, pues, el conjunto de creencias que el ser humano inventa para tratar de explicar sucesos que –hasta el momento- eran enigmáticos.



La idea de inmortalidad y el mito vampírico están internamente ligados. Desde que el mito nace –ni más ni menos que hacia el siglo VII a.C.- se relaciona con la inmortalidad y con la corrupción del alma. Las primeras referencias de la leyenda surgen de la idea de que un hombre muerto podía convertirse en un demonio si el alma no abandonaba el cuerpo.



El vampiro (Desmodus rotundus) es un animal mamífero que se alimenta de sangre de otros animales. Puede ser portador de enfermedades como la rabia. La primera vez que la palabra vampir aparece para designar al mito del hombre «chupasangre» es en Alemania, a principios del siglo XVIII. Se usaba para nominar al cadáver que abandonaba la tumba por las noches y succionaba sangre de los vivos y prolongar así su no-vida.



Pero el mito del alma condenada es tan remoto como la existencia de la humanidad y casi siempre, tiene cuerpo de mujer. Es inevitable nombrar al nexo entre la demonología babilónica y hebrea, Lilith. Primera mujer de Adán, y condenada por Yahvé, es considerada por muchos la madre de todos los vampiros.



Si tornamos la vista hacia el antiguo mundo griego, encontramos el mito de la Empusa, demonio femenino que solía visitar a los hombres dormidos para beber su sangre hasta provocar la muerte del individuo y, como era de esperar, formaba parte del séquito de Hécate, la reina de los espectros.



Al intentar buscar una explicación científica, se relaciona el mito vampírico con, principalmente, tres patologías médicas:



En primer lugar, la rabia, enfermedad que ataca al sistema nervioso y como bien se describe antes el vampiro la porta, que se transmite por mordedura de animales. Se explicaría así el delirio causado por los mordiscos infecciosos de los vampiros. Además, los espasmos faciales producidos por esta enfermedad pueden, claramente, explicar la retracción de los labios, que hace que se muestren los colmillos.



En segundo lugar, se encuentra la llamada enfermedad de Günther, una enfermedad hereditaria. La alteración en el ADN produce una acumulación de porfirinas que hace que la piel del paciente sea vulnerable a la luz solar, produciendo daños y quemaduras, y fomentaba la aparición de vello en la frente y, muy contadas veces, en las manos. Además, esta alteración producía anemia que era antiguamente tratada con sangre de animales. El paciente debía beber sangre, pero no era un método muy eficaz, puesto que los jugos gástricos la destruían antes de que pudiera ser absorbida.



En tercer lugar, las epidemias de peste .enfermedad infecciosa transmitida por las pulgas de las ratas y otros roedores- y el carbunco, que asolaron ciudades enteras y presentaban los síntomas de vampirismo: fiebres altas, sed intensa, convulsiones, afectación respiratoria y alucinaciones.



Durante el siglo XIV, especialmente en Prusia oriental y bajo el influjo de una gran creencia religiosa, se enterraba a los muertos rápidamente, sin llegar a la muerte clínica, para evitar contagios de estas enfermedades. Mucha gente sufrió una larga agonía dentro de sus ataúdes, tanto que se inflingían heridas para suicidarse. Por tanto, al exhumar los cadáveres, práctica habitual días después de la muerte, se los encontraban ensangrentados y los consideraban vampiros.



Las principales características del vampiro están pues, justificadas: la palidez fosforescente, el abundante vello corporal y los agudos colmillos.



El primer cuento europeo de vampiros surge del encuentro que se produjo en 1816 en Villa Diodati, del que fue anfitrión el místico y excéntrico Lord Byron y al que asistieron el doctor Polidori, Percy y Mary Shelley. Es en esa velada gótica cuando Byron, entre láudano y alcohol, propone a cada invitado escribir un cuento de fantasmas. Tres años después, en 1819, se publica El vampiro, una pequeña historia de vampiros que fue primeramente atribuida a Byron y que, sin embargo, escribió Polidori. Se puede decir que Lord Ruthven fue el primer vampiro documentado de la historia, fruto del folklore y el mito. Por otra parte, Shelley escribe años después su fantástico e inolvidable Frankestein, que se considera la mayor profecía cumplida de toda la literatura moderna.



Pero cabe decir que no fue la primera historia europea escrita sobre inmortalidad. Ese mérito se atribuye al escritor alemán Goethe, con su Fausto.



Se puede decir que, hoy en día, existen dos corrientes o formas de ver el mito del vampiro en la literatura:



Por un lado, el que se podría llamar tradicionalista. Esta corriente sigue tratando al vampiro como aquel monstruo inhumano y portador de enfermedades. La figura de la mujer fatal (femme fatale) está muy presente en esta corriente, y lo que es más, existe una fascinación por la bella difunta. Belleza, inmortalidad y lascivia son las principales características principales de obras maestras como la terrible figura del Drácula de Bram Stoker, en la que nos presenta un personaje que peca de lujuria y tiene cierta predilección por los placeres carnales. Stoker define así al Conde Drácula:



Tenía un rostro fuertemente aguileño, con el puente de su delgada nariz muy alto y las aletas arqueadas de forma peculiar, la frente alta y abombada, y el pelo ralo en las sienes aunque abundante en el resto de la cabeza. Sus cejas, muy espesas, casi se juntaban en el ceño y estaban formadas por un pelo tupido que parecía curvarse por su misma profusión. La boca o lo que se veía de ella por debajo del bigote, era firme y algo cruel, con unos dientes singularmente afilados y blancos; le salían por encima del labio, cuyo color rojo denotaba una vitalidad asombrosa para un hombre de sus años. Por lo demás, sus orejas eran pálidas extremadamente puntiagudas en la parte superior; tenía la barbilla ancha y fuerte y las mejillas firmes, aunque delgadas. La impresión que producía era de una extraordinaria palidez.



Otras historias vampíricas que siguen esta visión, son, por ejemplo No despertéis a los muertos de J.L. Tieck, en la que se narra una historia de amor fatal protagonizada por la bella Brunhilda y el desperado Walter, o Berenice de Edgar Allan Poe. En ésta última no se trata claramente el vampirismo, si no que es una apología de la mujer fatal.



Por otro lado, nos encontramos un vampiro con humanidad. Un vampiro que no ha abandonado aún el sentimiento humano ni piensa hacerlo. Un vampiro atormentado por su condición, que se oculta entre las sombras. Creadora de esta nueva y humana visión del mito es Anne Rice con sus Crónicas vampíricas. Rice no abandona del todo la visión tradicionalista del vampiro -no dejan de ser seres malignos- pero retoca esta visión con pinceladas de humildad. Describe vampiros angelicales y sentimientos de culpa. Además, se describe la inmortalidad como dolorosa y acaba causando estragos en los vampiros.



El mito del vampiro ha sobrevivido durante casi toda la existencia de la humanidad e incluso hoy en día sigue siendo uno de los preferidos por el género del terror. Literatura y cine siguen evocando la figura vampírica, su lascivia, su terrorífica figura. Tan sólo cabe pensar que es una leyenda pues, dadas las investigaciones científicas, está muy lejos de ser o de haber sido realidad. Pero ¿a quién no le hubiera gustado ser inmortal?



«La gente que cesa de creer en Dios o en la bondad todavía suele creer en el demonio.


No sé por qué. O sí lo se: la maldad es siempre posible, la bondad es una dificultad eterna».


Anne Rice.















BIBLIOGRAFÍA




- SHELLEY, M. W. Frankestein. Traducido por Francisco Torres Oliver. Madrid:Siruela, 2000.



- STOKER, B. Drácula. Traducido por Francisco Torres Oliver. Madrid: Alianza, 1999.



- RICE, A. Armand, el vampiro. Traducido por Camila Batlles. Barcelona: Ediciones B, 2007.



- VV.AA. El vampiro: antología literaria. Barcelona: Siruela, 2001.



- VV.AA. Vampiros. Madrid: Siruela, 1992.



- Colaboradores de Wikipedia, "Vampiro," Wikipedia, La enciclopedia libre, http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Vampiro&oldid=9580014 (descargado 7 de junio de 2007).

lunes, 21 de julio de 2008

Poco a Poco

Poco a poco me voy dando cuenta que voy siendo un poco más persona. Poco a poco, voy dejando atrás todo lo que una vez me hizo daño. Voy desechando paso a paso todo lo que nunca quise ser o hacer. Me encuentro andando el camino de reconciliación con mi yo dormido, ese que siempre tuve que haber escuchado. Voy saliendo de mi ensimismamiento y mi mundo de fantasía para encontrarme con la realidad que me rodea. Voy dando cortos pero afianzados pasos. Porque esta vida hay que beberla a sorbos, pequeños, que serán más intensos. Es hora de apreciar a la gente que, a pesar de todo, sigue estando ahí, queriéndome tal y como soy, con mis más y mis menos, con mis virtudes y defectos. Si bien he de decir que son pocos, pero bien avenidos. Y gente que no deja de sorprenderme. Muchas gracias por ayudarme a reencontrarme conmigo misma.

martes, 15 de julio de 2008

El eterno retorno

El eterno retorno es la idea que expresa el destino del hombre y del mundo. Es el sí que el mundo se dice a sí mismo, es la autoaceptación del mundo, la voluntad reafirmándose y autoafirmándose. Es la expresión cósmica del espíritu dionisíaco.

Según Nietzsche, debemos actuar como si la vida que estamos viviendo se fuera a repetir una y otra vez por siempre. Cada instante que hemos vivido tendremos que volver a vivirlo muchas veces, eternamente.

Siempre se ha dicho que la vida es una línea recta, con su principio y su fin. Según esta idea, la existencia del ser humano no es más que un constante buckle de repeticiones, una eterna espiral. Cuando crees haber conseguido algo, tu vida vuelve al punto de partida. Así fue, y así será por siempre. Cada vez respaldo más esta teoría...

viernes, 11 de julio de 2008

El vuelo del dragón (I)

Dranian alzó la vista al cielo. La segunda luna lucía alta. El solsticio de verano daba comienzo. Habían pasado eones sin que observara a Dol, la segunda luna, tan resplandeciente. Un tenue y nítido rayo de luz iluminaba la caverna a través de una pequeña abertura situada en la parte superior de la estancia. Las estalactitas centelleaban y ocasionaban diminutas chispas que iluminaban las escamas negras azuladas de Dranian. Estaba acurrucado a la derecha del charco de luz, sus gigantescas alas cubrían su cuerpo, protegiéndose de la humedad de la cueva, y su cola ligeramente curvada reposaba sobre el suelo. El dragón giró su largo cuello hacia el frente, desvió la mirada a la inmensa oscuridad que se cernía sobre la boca de la gruta y resopló con resignación. Había olvidado los años que llevaba encerrado en ese antro, incluso ya no recordaba cómo desplegar sus alas para alzar el vuelo. Había perdido toda esperanza de salir de aquella prisión.

sábado, 14 de junio de 2008

Otra vez...

Lágrimas en mis ojos. Todo se ha nublado a mi alrededor. Todo lo que creía firme y arraigado no es más que una mera proyección de mi mente, un querer y no poder. Una derrota. No queda ni rencor, ni simpatía ni nada...

Llevaba esperando mucho tiempo un rencuentro y ¿para qué si no merece la pena? Estoy harta de ser una más. ¿Habrá alguien que me aprecie por lo que soy? Ya lo dudo mucho...

Dudo que me quede un hombro en el que llorar, un amigo que se considere digno de llamarse como tal. Estoy sola en este camino. Todo lo que creía válido se tambalea tal cual edificio en un terremoto. Todos los esquemas de mi vida se caen hacia un vacío inmenso. Una espiral, un círculo vicioso que nunca dejará de atormentarme.

¿Tanto mal le he hecho a la vida para que, muy a mi pesar, me trate así?
Estoy cansada, cansada de aferrarme a gente que ni siquiera sabe que existo, este sentimiento me martiriza cada vez más, ya no sé qué camino he de seguir, y ya no sé si en el que estoy caminando es el correcto.

Tengo miedo... Miedo a la soledad. Esta vez no sé si me levantaré, creo que he tocado fondo...

lunes, 19 de mayo de 2008

Si lo hubiera sabido...

Hay días en los que sientes que hubiera sido mejor no haberte levantado de la cama. Días en los que el café del desayuno sabe mucho más amargo. Pues son esos días que, como se dice en mi tierra, “te levantas con la pata izquierda”. El despertador suena tarde, se le gastan las pilas, o simplemente le has dado un manotazo cuando ha sonado sin darte cuenta y permaneces plácidamente dormida.

Aún con legañas en los ojos, te dispones a preparar tu desayuno. Buscas tu taza, que has comprado solamente para tu uso, y resulta que tu compañera de piso – mira que hay tazas en la casa- la usó la noche anterior y ni siquiera ha tenido el detalle de fregarla. Pues bien, cuando abres el armario, para tu sorpresa, vas a coger la única taza que está limpia y se te cae al suelo. Una taza menos…

Después de limpiar el destrozo del mobiliario (y de haber malgastado el tiempo para ni siquiera desayunar) te pones tu albornoz y vas al baño para darte una ducha. Abres el grifo y comienzas a enjabonarte el cabello. ¿Qué es lo que pasa ahora? Pues bien, como era de esperar, se acaba la bombona de gas. Con el pelo y los ojos llenos de espuma y recitando una larga enumeración de maldiciones, sales de la ducha y vuelves a la cocina. Ahora es cuando te arrepientes de no haber telefoneado para pedir otra antes, porque tienes que acabar tu ducha con agua fría.

Después de todos estos contratiempos domésticos, sales de casa, miras el reloj y te das cuenta que tan sólo te quedan 2 minutos para que el autobús pase por tu parada. Levantas la vista al cielo y empieza a llover. Situación típica de una comedia norteamericana. Una vez más, piensas que hoy, definitivamente, no es tu día. Olvidaste tu paraguas. Empiezas a caminar rápidamente a la parada del autobús, casi corriendo. Llegas a tu destino y te colocas en la cola para subir al vehículo. Desdichada de ti que el autobús se llena justamente cuando es tu turno para subir. El conductor cierra las puertas en tus narices y se va. Y tú, mojada, con el frío metido en el cuerpo de tu ducha, tu estómago hambriento y con tan solo quince minutos para que den comienzo las clases, empiezas a caminar hasta la universidad.

Llegas tarde a clase, como era de esperar y, además, habías olvidado que ese día tenías examen a primera hora. Cuando entras en la clase, todo el mundo gira la vista hacia ti, puesto que te presentas con una imagen desaliñada, tu ropa totalmente mojada y tu pelo despeinado. Después de haber llamado la atención de la clase y de darte cuenta que el profesor está muy descontento con tu tardanza, te dispones a intentar escribir algo en el examen. Te quedas en blanco y tan sólo eres capaz de responder a una pregunta. Llega el final de la clase y vas a entregar el examen. El profesor te pide un trabajo adicional que debías entregar, abres tu mochila y te das cuenta que has dejado el trabajo encima de la mesa de tu habitación.

Tu mañana acaba – sin duda la mañana más larga de tu vida- y vuelves a casa estornudando, hambrienta, todavía húmeda, con las piernas doloridas de correr, con una mala nota por tu descuido y con humor de perros. Vas a abrir la puerta de tu portal, buscas las llaves en tu bolsillo, en la mochila y te llevas las manos a la cabeza una vez más, has olvidado las llaves en casa. Es cuando miras al cielo con resignación y piensas “Si lo hubiera sabido, hoy no me levanto…”.

miércoles, 14 de mayo de 2008

El grito

Gritar... Cuando no encuentras la salida.

Desesperación que corre por todo tu ser.

Frustración que no quiere salir y se anida en lo más profundo de tus entrañas.

Montañas que se levantan para entorpecer tu camino, la senda se ha borrado.

Gritar... Porque todo se ha acabado.

La paz perturba la soledad por la pérdida de la oscuridad que un día se cernió ante ti.

Gritar... Porque hoy sientes que debes hacerlo.

Liberar tu alma de todo mal que aconteció en un pasado y marcó tu vida tal cual golpe que deja secuelas en lo más hondo de tu penar.

Gritar... Porque el ayer se desvanece.

Escucha mi grito que retumba dentro de la más profunda de las cavernas... Solo escucho el eco de mi propia voz, que me da la respuesta a mis preguntas.

Gritar... Porque mañana será necesario.

martes, 6 de mayo de 2008

La fugacidad de las pequeñas cosas

La vida es una larga espera. Esperar un segundo, un minuto, una hora, un día, un mes... Aguardar los grandes acontecimientos que marcarán tu vida y serán decisivos, soportar la carga de ver pasar todo inamovible, sin tener en cuenta esas menudas cosas, que hacen de la vida un lugar maravilloso, tal como un universo que gira en torno a ti. Pequeñas estrellas fugaces que son inadvertidas, como si de una nadería sin importancia se tratase. Son esas insignificancias las que hacen esbozar sonrisas, lecciones que aprender, recuerdos que guardar.

Esas estrellas pueden estar cargadas de sentimientos, de complicidad, una espiral que te atrapa y giras dentro de ella, como si estuvieras en un tiovivo, del que a lo mejor puedes salir. O a lo mejor ni siquiera sientes la necesidad de salir.

La fugacidad de un beso, una caricia, una mirada, un roce, un llanto, un parpadeo : minucias que hacen que te sientas vivo, y sin ellas no tendría tanto sentido vivir. Acontecimientos efímeros de los que ni siquiera te percatas, pero están ahí. Los necesitas día a día, paso a paso.

Estados de ánimo transitorios, de los que como se entra se sale, nunca podrás atormentarte tanto como para malgastar el poco tiempo que te dan. Una cuenta contrarreloj, en la que sólo cuentas TÚ y, desgraciadamente, el tiempo.

Atesora tus estrellas personales, aprende a disfrutar de esas pequeños gestos perecederos; habrás sentido, habrás esperado, habrás -sobre todo- vivido.

miércoles, 23 de abril de 2008

Acertijos

Esfinges que se levantan tras cada colina preparadas para devorar el último estertor de tu alma. Dragones que despliegan sus alas para protegerte dentro de ellas. Laberintos por recorrer, donde cabe la opción de salvarte del hacha del minotauro. Voluntad que te hace empuñar tu arma una vez más y seguir luchando.

Dulces cantos de sirena sin más sino que el naufragio. Estirges dispuesto a succionar hasta la última gota de tu sangre. Cerberos que protegen tu inframundo pese a todo.

Terrenos pantanosos que te hacen tropezar o incluso hundirte. Hermosos bosques llenos de elfos y hadas donde encuentras tu paz y sosiego. Compañeros que te tienden la mano y luchan contigo haciendo que no te desvíes de tu camino.

¿Por qué seguir luchando pese a la adversidad?
¿Por qué zozobrar?
¿Por qué has de crecer fuerte?
¿Por qué seguir caminando?
¿Qué es la vida sino un acertijo?

miércoles, 16 de abril de 2008

Inagurando pantano

Bueno, otro más. Siempre he querido tener un Blog de estos chulos, pero siempre he sido tan jodidamente vaga que no me había puesto.. >.<
Pues aquí inaguro otro pantano más, no sé si podré seguir actualizando tantas cosas como tengo, pero lo intentaré siempre que pueda.

Más literatura gris (o basura en mi caso) para la red.

Saludos.