viernes, 5 de septiembre de 2008

Reflexiones sobre la vida cotidiana

Lo que hace un largo paseo despues de comer y con buena compañía es sacar sabrosas conclusiones sobre la vida. Y ahí es, cuando hablando de tintes, esas cosas maravillosas que te cambian el color del cabello, surge la eterna cuestión filosófica :¿Por qué a los hombres les queda tan sumamente mal tintarse el pelo?

Pues bien, es cuando alcanzas varias conclusiones, cada cual más desternillante:

Los tintes fueron creados para la mujer. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que, si un hombre se tiñe de rubio, no le queda más sino de ser la mofa de la pandilla... ¿No se dan cuenta que, con esos pelos (en caso de que fuera rubio) parecen un limón con cara de exprimido? ¿Y si se tiñen de caoba o pelirrojo, parecen una naranja sin zumo? Deduzco de esto que simplemente es una campaña publicitaria de Kas... Kas naranja, Kas limón... ¿Y tú de quien eres?

También tenemos el típico caso del metrosexual que colorea su pelo con mechas o más terminologicamente conocidas como transparecias... Sí transparencias para ver la claridad de las ideas.. O mechas rubias en un pelo negro... Para parecer una avispa. Todo sea dicho, que cuando te clavan el aguijón es más para darte placer que miedo... ¿Dolor? Ja, me mondo yo...

Si una chica se tiñe, siempre va a estar más favorecida, en el 99,9% de los casos. Pero también está la excepción que confirma la regla. No te preocupes, metrosexual de hoy en día, aún tienes la solución para quitar ese mal sabor de boca que dejan los estragos de la edad... Sí... Existe un tinte que sí te queda bien y curioso el nombre que tiene... JUST FOR MEN.

Si el tinte es para la mujer... He descubierto que hay algo, no extrañéis de esta disparatada visión de la vida, las motos son para el hombre...

¿Cuando ves esa pedazo de bestia de dos ruedas, por qué se giran todas las nenas? Esta respuesta es sencilla... Esperan ver al mega super tío de ensueño cabalgando ese vehículo. Sí, es cierto... Pero si la moto la conduce una chica, el efecto no es el mismo... Se podría decir que es todo lo contrario al efecto Axe... Qué repulsión, que ardor de estómago... Qué vulgaridad. Dios santo, las mujeres no están hechas para conducir semejantes bellezas.

Pero la reflexión cambia, cuando es el macho el que conduce la motocicleta y, de paquete, va una tremenda hembra con su casco integral apoyada sobre el depósito y dejando ver el hilillo del tanga con el culo medianamente en pompa sobre la parte trasera de la moto... Qué envida produce, que efecto más pecaminoso produce en toda la humanidad... Sí, pero también existe la excepción, aunque aún está por definir.

Hoy he llegado a una conclusión que define otro menester de la vida cotidiana:

Las mujeres son para con las motos lo mismo que los hombres para con los tintes: Basura.

Otra de las reflexiones patrocinadas por mi compi Irene. Siempre que estoy con ella, surgen estas cuestiones existenciales con las que pasamos un buen rato. Gracias buena moza.