Una última plegaria por todo aquello que fui... Antes de partir y seguir mi viaje, un alto en el camino para recordar... O más bien olvidar... Fuerte, intenso, valiente... Es hora de rezar una última oración y no mirar atrás.
Unas últimas palabras de aliento, agradecidas por haberme hecho tal y como soy ahora, pero... Esta será la última vez. Hoy es vuestro funeral. Y no hay congojo, ni pesadumbre, ni tristeza, ni abatimiento... Solo esperanza.
Ni siquiera deseo que mis ancestros me acompañen. Esta es otra súplica para que descanséis en paz, como ese réquiem que un día alcé. Almas perdidas, encontrad vuestro camino... Como yo he encontrado el mío.
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