Esfinges que se levantan tras cada colina preparadas para devorar el último estertor de tu alma. Dragones que despliegan sus alas para protegerte dentro de ellas. Laberintos por recorrer, donde cabe la opción de salvarte del hacha del minotauro. Voluntad que te hace empuñar tu arma una vez más y seguir luchando.
Dulces cantos de sirena sin más sino que el naufragio. Estirges dispuesto a succionar hasta la última gota de tu sangre. Cerberos que protegen tu inframundo pese a todo.
Terrenos pantanosos que te hacen tropezar o incluso hundirte. Hermosos bosques llenos de elfos y hadas donde encuentras tu paz y sosiego. Compañeros que te tienden la mano y luchan contigo haciendo que no te desvíes de tu camino.
¿Por qué seguir luchando pese a la adversidad?
¿Por qué zozobrar?
¿Por qué has de crecer fuerte?
¿Por qué seguir caminando?
¿Qué es la vida sino un acertijo?
5 comentarios:
¿Sabes lo que me apetece a mí? No es lo que imaginas. Me apetece...
...Acariciar tu cara, levantar tu barbilla, mirarte fijamente a los ojos, posar mis labios sobre los tuyos... Y aspirar todo lo que te oscurece el alma, aquello que más te hiere, lo que más te oprime, lo que te marchita; sacarlo fuera de ti y devorarlo feroz...
Quiero que llores toda la noche, que lo eches todo, que te ofrezcas, que te entregues por entero, vulnerable, sin escudos, sin barreras, sin control. Quiero todo lo que no te daja dormir, lo que te atenaza, lo que se lleva tu alegría, lo que te tiene aprisionada en el barro. Y lo quiero todo para mí.
Así, liberada, veré un día que vuelve la Luz a tu mirada y una sonrisa sincera a tu boca. Así sabré que todo cuanto te atormenta se habrá ido con la brisa de la mañana y que lucirás radiante al Sol. Así volverás a ser tú. Y así, entonces, me marcharé...
Eso es lo que me apetece.
Ahora lo que me apetece...
...Lo que me apetece es verte dormir. Y no sólo para regalarme la vista (que también). Sino, sobre todo, para que puedas descansar sabiendo que alguien te cuida mientras duermes.
Así, mientras tú cruzas triunfal y serena los arcos de entrada de tu morada nocturna, yo vigilaría que nadie se acercase a perturbar tu Reino. Memorizaría cada lunar de tu cuerpo, como los antiguos navegantes aprendieron las constelaciones del cielo, para guiarse en la noche sobre el vinoso Ponto. Mataría con mis propias manos todas las Gorgonas de tus pesadillas y las devoraría en silencio. Y alejado el peligro, habiendo enviado todo mal a los confines de la tierra, nada me gustaría más que compartir tu Mundo de Sueños, donde te pierdes sola cada noche...
Eso es lo que me apetece.
Me hubiera gustado tanto conocerte más... Deseaba rescatar det ti cuanto pudiera, antes de que se perdiese en el olvido... Avivar tus más antiguas ilusiones, antes de que las abandonaras. Antes de que todo el brillo quedara opaco y enterrado, bajo capas y capas de nuevos amigos, de nuevas caídas, nuevos renaceres y vidas vividas en una sola, cada una tapando la anterior.
No por mí. Nunca fue por mí. Eso al menos debería estar claro.
Ojalá nada de lo que hay en ti se acabe perdiendo para siempre. Ya no brillas como antes. Espero que te des cuenta de ello a tiempo.
Buena suerte, princesa. Y que todo lo que emprendas te salga bien.
Eso es lo que me apetece...
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