martes, 20 de julio de 2010

Réquiem por las almas perdidas

Me liberé. Cierro los ojos y no las veo. No escucho más que el silencio. Aunque me esfuerce por sentirlas, todo es en vano. Se fueron. Abandonaron mi mundo.

Disfruto de una tranquilidad absoluta. Mi alma se siente libre. Se rompieron todas las cadenas que la ataban. Grita en libertad, se mueve a sus anchas.

Adiós a todos esos fantasmas. Rezo esta oración para que descanséis en paz, como yo lo hago.

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