domingo, 31 de agosto de 2008

Tormenta de Ideas

Y en este duermevela en el que me encuentro es donde miles de ideas brotan de mi cabeza queriendo salir a borbotones. Y sin que ninguna sea más merecedera de ver la luz. ¿Por qué me siento tan pequeña? Esta distancia que hay entre mi yo y mi mente debería ser derrotada tal cual gigante que, atado de pies y manos, se desmorona abatido por su torpeza. Esa lejanía que separa mi tierra y mi cielo, cuesta creer que es perecedera.

Me cuesta creer que algún día esas montañas infranqueables puedan llegar a convertirse en extensas llanuras de un color verde vivo... Tan vivo como llevo anhelando estar yo tanto tiempo... Viva... Y sentir que no existe nada más que una cohesión entre todos mis yo más ocultos e inimaginables.

Necesito una tregua, algo que me haga ver que no todos los molinos son gigantes, que se puede cruzar el destino y manejarlo a tu antojo. Palpar la vida con la punta de los dedos y saborearla de tal manera que nunca más vuelva a tener mal sabor de boca.

Quiero entrar en una espiral de deseo y de sentimientos bellos que me eleven como si de un torbellino de aire se tratara... Pero, ¿cuándo? ¿Cuándo dejaré de sentirme como me siento para alcanzar la paz que tanto deseo?

Me consuela pensar que toda búsqueda obtiene su merecida recompensa a lo largo del tiempo... El mismo tiempo que le da fugacidad a las pequeñas cosas...

martes, 26 de agosto de 2008

El jucio.


El día del Juicio ha llegado. Estoy de vuelta en Madrid. A tan solo de una semana de decidir mi futuro con los condenados exámenes que a tantos nos atormentan en estas fechas, mi llegada a la nueva casa no ha quedado indiferente.

Este año viviré en un sótano bastante mono y a la vez bohemio, con una bonita cortina naranja que por las mañanas atenúa la luz, unas estanterías verde pistacho en las que descansan mis hadas y duendes y, como no, mis diccionarios y mis libros. Paredes amarillas pastel, no muy dañino para mis ojos, puesto que nunca fui muy fan de este color.

Ya he conocido a uno de los chicos con los que comparto piso este año. Bastante majete la verdad. También me he familiarizado con la fauna y flora de la casa. Se llaman Manolita y Tito, dos simpáticas arañas que tienen el monopolio del baño y que se han estado dando un copioso festín este verano, puesto que la bañera y el suelo de los alrededores estaban llenos de cabecitas de hormigas que fueron víctimas de estos dos agradables depredadores. Vamos, que me he peleado con el cepillo quitando telarañas y bichos, haciendo de tripas corazón.

La mayor sorpresa me la he llevado cuando he abierto el grifo del baño dispuesta a asearme. ¡QUÉ JODIDAMENTE FRÍA ESTÁ EL AGUA! Sí, es que no hay agua caliente de momento. Tenemos una de esas calderas que se llenan con gasoil. Pues bien, mi compañero, que lleva una semana duchándose con agua fría y harto de curar su reuma ya, me ha planteado la brillante idea de ir a por una garrafa de combustible para por lo menos salir del paso y tener un poco de agua templada.

Hasta la gasolinera bien, 20 leuros de ese apestoso gas, y una preciosa idea... Ducharnos con agua caliente. La odisea llega cuando intentamos llenar la caldera. Que vaya depósito más grande dios santo, ni una estación de servicio tiene semejante bicho. Depositamos la gasolina en el monstruito y... Nada. No ocurre nada... "¿Tendremos que tocar algo de la caldera?" Y los dos, ahora convertidos en técnicos nos aventuramos tal cuales entendidos de la vida a luchar contra tal terrible abominación... "Toca esa manivela" Digo yo, sabia de mí... Monstruo 1 - Humanidad 0. Empieza a salir agua del techo... Menos mal que fuimos raudos en volver a cerrarla... Ahora estamos esperando a ver si la abominación sale a cenar y nos da una tregua para darnos una ducha decentemente y templada... Bonito día...

Suerte a todos los que estrenaís piso y a los que os jugáis vuestro pellejo en los exámenes...

miércoles, 13 de agosto de 2008

La muerte de Dios

El loco. No habéis oído hablar de aquel loco que a plena luz de la mañana encendía una linterna y sin cesar gritaba: ¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios! - Puesto que por allí formaban corro precisamente muchos de los que no creían en Dios, provocaba grandes risas. Uno decía: ¿es que se ha perdido? Otro decía: ¿se ha extraviado como un niño? ¿O permanece escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Ha embarcado? ¿O emigrado?- así gritaban y reían sin orden ni concierto. El loco, de un salto se puso en medio de ellos y les atravesó con su mirada. ¿Adónde se ha ido Dios? - gritó-. ¡Yo os lo diré! Nosotros le hemos matado.- ¡Vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos! Pero ¿cómo lo hemos hecho? ¿Cómo pudimos bebernos todo el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar por completo el horizonte? ¿Qué hicimos cuando a esta tierra la desencadenamos de su sol? ¿Hacia dónde se mueve ahora? ¿Hacia dónde nos movemos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos precipitamos constantemente? ¿Hacia atrás, hacia los lados, hacia delante, en todas las direcciones? ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿No vamos errando como a través de una nada infinita? ¿No recibimos el soplo del espacio vacío? ¿No hace más frío? ¿No viene de continuo la noche y cada vez más noche? ¿No tienen que estar encendidas las linternas por la mañana? ¿Aún no escuchamos nada del ruido de los enterradores que entierran a Dios? ¿Aún no olemos nada de la divina putrefacción? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Dios continúa muerto! ¡Y nosotros le hemos matado!

La gaya ciencia, libro tercero, 125.

De estos pasajes no se puede deducir un ateísmo sin más: el ateo afirma que Dios no existe. Nietzsche afirma que Dios ha muerto, que lo hemos matado nosotros. Dios ha muerto cultural o espiritualmente cuando los hombres han dejado de creer en Dios, aun cuando algunos sigan actuando como si creyeran.

Al dejar de creer en Dios, los hombres han asestado un golpe de muerte a todo un sistema de valores: “con la muerte de Dios se desmorona todo lo edificado sobre ella”. La muerte de Dios es la máxima expresión del nihilismo, un nihilismo, por lo demás, sin el cual no podría tener lugar “la transformación de los valores”.

La muerte de Dios es, por un lado, una interpretación histórica de la situación moderna del hombre y, por otro, una crítica radical de la religión, la moral y la filosofía metafísica.

Llamadlo X, pero si la esencia de la filosofía nietzscheniana hubiera sido aceptada y razonada tal y como es, y no modificada a su antojo y buen parecer por ciertos líderes que me repugna nombrar, hoy en día pudiera haber sido una forma de vida. En fin... Habrá que ser conformista con lo que ya existe...