martes, 26 de agosto de 2008

El jucio.


El día del Juicio ha llegado. Estoy de vuelta en Madrid. A tan solo de una semana de decidir mi futuro con los condenados exámenes que a tantos nos atormentan en estas fechas, mi llegada a la nueva casa no ha quedado indiferente.

Este año viviré en un sótano bastante mono y a la vez bohemio, con una bonita cortina naranja que por las mañanas atenúa la luz, unas estanterías verde pistacho en las que descansan mis hadas y duendes y, como no, mis diccionarios y mis libros. Paredes amarillas pastel, no muy dañino para mis ojos, puesto que nunca fui muy fan de este color.

Ya he conocido a uno de los chicos con los que comparto piso este año. Bastante majete la verdad. También me he familiarizado con la fauna y flora de la casa. Se llaman Manolita y Tito, dos simpáticas arañas que tienen el monopolio del baño y que se han estado dando un copioso festín este verano, puesto que la bañera y el suelo de los alrededores estaban llenos de cabecitas de hormigas que fueron víctimas de estos dos agradables depredadores. Vamos, que me he peleado con el cepillo quitando telarañas y bichos, haciendo de tripas corazón.

La mayor sorpresa me la he llevado cuando he abierto el grifo del baño dispuesta a asearme. ¡QUÉ JODIDAMENTE FRÍA ESTÁ EL AGUA! Sí, es que no hay agua caliente de momento. Tenemos una de esas calderas que se llenan con gasoil. Pues bien, mi compañero, que lleva una semana duchándose con agua fría y harto de curar su reuma ya, me ha planteado la brillante idea de ir a por una garrafa de combustible para por lo menos salir del paso y tener un poco de agua templada.

Hasta la gasolinera bien, 20 leuros de ese apestoso gas, y una preciosa idea... Ducharnos con agua caliente. La odisea llega cuando intentamos llenar la caldera. Que vaya depósito más grande dios santo, ni una estación de servicio tiene semejante bicho. Depositamos la gasolina en el monstruito y... Nada. No ocurre nada... "¿Tendremos que tocar algo de la caldera?" Y los dos, ahora convertidos en técnicos nos aventuramos tal cuales entendidos de la vida a luchar contra tal terrible abominación... "Toca esa manivela" Digo yo, sabia de mí... Monstruo 1 - Humanidad 0. Empieza a salir agua del techo... Menos mal que fuimos raudos en volver a cerrarla... Ahora estamos esperando a ver si la abominación sale a cenar y nos da una tregua para darnos una ducha decentemente y templada... Bonito día...

Suerte a todos los que estrenaís piso y a los que os jugáis vuestro pellejo en los exámenes...

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