domingo, 31 de agosto de 2008

Tormenta de Ideas

Y en este duermevela en el que me encuentro es donde miles de ideas brotan de mi cabeza queriendo salir a borbotones. Y sin que ninguna sea más merecedera de ver la luz. ¿Por qué me siento tan pequeña? Esta distancia que hay entre mi yo y mi mente debería ser derrotada tal cual gigante que, atado de pies y manos, se desmorona abatido por su torpeza. Esa lejanía que separa mi tierra y mi cielo, cuesta creer que es perecedera.

Me cuesta creer que algún día esas montañas infranqueables puedan llegar a convertirse en extensas llanuras de un color verde vivo... Tan vivo como llevo anhelando estar yo tanto tiempo... Viva... Y sentir que no existe nada más que una cohesión entre todos mis yo más ocultos e inimaginables.

Necesito una tregua, algo que me haga ver que no todos los molinos son gigantes, que se puede cruzar el destino y manejarlo a tu antojo. Palpar la vida con la punta de los dedos y saborearla de tal manera que nunca más vuelva a tener mal sabor de boca.

Quiero entrar en una espiral de deseo y de sentimientos bellos que me eleven como si de un torbellino de aire se tratara... Pero, ¿cuándo? ¿Cuándo dejaré de sentirme como me siento para alcanzar la paz que tanto deseo?

Me consuela pensar que toda búsqueda obtiene su merecida recompensa a lo largo del tiempo... El mismo tiempo que le da fugacidad a las pequeñas cosas...

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